Las elecciones de Abril y el movimiento estudiantil. ¿A dónde vamos? ¿A dónde debemos ir?

Como estudiantes secundarixs y universitarixs, partícipes del proceso de cambio social vemos e intervenimos en el actual periodo que atravesamos como sociedad. Los estudiantes estamos en constante movilización, en defensa de nuestros derechos y por una educación integral. Actualmente muchas agrupaciones y corrientes políticas que apoyaron nuestras luchas nos llaman a votar en las elecciones presidenciales 2018, el problema es, ¿votar soluciona nuestros problemas? NO.

En cuanto al ámbito educativo, los colegios se caen, el almuerzo escolar no es universal, el acceso sigue siendo limitado, Juntos por la Educación organización empresarial que responde a los intereses de los mismos ataca los colegios públicos y en el interior del país incluso logran cerrarlos. Los colegios técnicos se encuentran sin insumos para hacer las prácticas y las pasantías son mano de obra gratuita para las empresas. La UNA no es accesible para los hijos de la clase trabajadora, la juventud trabajadora queda fuera de las universidades nacionales debido a los altos costos y la falta de oportunidades. La Facultad de Filosofía pone una trampa a los y las estudiantes (piso de 300 puntos) lo que deja fuera a muchos mientras hay sillas vacías en las aulas, en la Escuela de Ciencias Sociales y Políticas siguen los problemas con docentes autoritarios y stronistas, operadores del Partido Colorado que intentan desmovilizarnos a través de amenazas, el Instituto de Trabajo Social puede y debe retomar la lucha por la FACSO, hoy está planteada nuestra victoria si nos unimos.

También existen universidades privadas con un costo relativamente más bajo, que puede ser pagado por la juventud trabajadora, el problema es que estas universidades no cumplen con los estándares de calidad necesarios e incluso algunos son cerrados como la UNASUR dejando al aire y desilusionados a miles de jóvenes.

La educación debe ser Pública y Universal, accesible a todos los miembros de la sociedad, campesinos, indígenas, trabajadores y clase media, el transporte público debe ser de bajo costo y disponible a toda hora, los costos arancelarios deben desaparecer, y el gobierno educativo debe ser más democrático, promoviendo el trabajo en conjunto entre docentes, estudiantes, padres y madres. Este planteamiento no está en la agenda de ningún candidato actual. Tenemos una experiencia histórica en donde los dos partidos tradicionales el Partido Colorado, el Partido Liberal y la ñembo izquierda (frente guasú, pmas) se enriquecen a costa de los trabajadores y trabajadoras, defienden el modelo económico y no plantean una salida definitiva para la crisis social y económica que se va acrecentando.

Nos amenazan diciéndonos que debemos votar para evitar el triunfo de Mario Abdo Benítez, que levanta un programa de ultraderecha, promueve el odio y reivindica al stronismo. El problema es que a este fenómeno no se derrota en las elecciones, se derrota en las luchas y en las calles, los mayores enfrentamientos entre la juventud luchadora y esta reacción conservadora fue el año pasado durante la toma de colegios, en especial en el colegio Fernando de la Mora donde los estudiantes fueron derrotados y en la Escuela de Ciencias Sociales y en la UCA donde demostramos una resistencia heroica. El otro problema con esta cuestión es que en el caso del triunfo de Efraín y su aliado Leo Rubín la ultraderecha no se va a detener, debemos mirar la situación internacional, existe una avanzada de derecha, por eso Trump es gobierno de EE UU, por eso el aumento de parlamentarios neonazis en Alemania, por eso apareció Le Pen en Francia y Piñeira es presidente de Chile. Son la prueba de descomposición política, económica y social del modelo capitalista, el resultado de las elecciones en nuestro país no resolvería esta descomposición mundial, debemos seguir movilizados para derrotarlos, los problemas de la educación arriba mencionados tampoco se van a resolver con el triunfo del progresismo, es más la socialdemocracia y el progresismo ya demostraron en Latinoamérica que no son opción de cambio, son simples colaboradores de los verdaderos dueños de todo, si no miremos la situación de Argentina, Brasil, Uruguay, Venezuela, etc.


Esta redacción sale de distintas corrientes políticas en unidad, en nuestros debates surge el problema electoral y existen diferentes posturas y conclusiones que hacen que levantemos consignas distintas y programas distintos pero en esta actual coyuntura surge la posibilidad de unidad, por más que nuestras banderas sean distintas y en cierto punto hasta opuestas vemos que al final son consignas antielectoralistas y podemos impulsar una campaña antielectoralista en común, por esto llamamos al voto protesta, por esto votamos luchar. También llamamos a que los estudiantes sigan irradiando rebeldía, debemos contagiar a otros sectores y debemos unirnos con el sector campesino y de trabajadores, apoyar las luchas de las mujeres y frenar al neoliberalismo, también creemos que para esto es necesario tomar partido, la juventud tiene la enorme tarea de construir una herramienta política democrática, clasista y revolucionaria, de compromiso antiimperialista y  anticapitalista que apoye e impulse incondicionalmente las luchas de los sectores oprimidos.

¡Sigamos ocupando todo y organizando nuestra rebeldía!