En gran parte del mundo el 25N habrá marchas y otras iniciativas unitarias de lucha ante la violencia sexista -abusos, violaciones, femicidios- y para exigir a los gobiernos medidas concretas para combatirlas. Las secciones de la LIS participaremos de esas acciones en decenas de países en solidaridad con las niñeces y mujeres palestinas así también con la situación de las mujeres en África.
Escriben Lujan Villalba y Mirtha Rodríguez Juntas y a la Izquierda.
Entre más ajustes nos organizamos igual
Tenemos enfrente a un nuevo gobierno patronal, reaccionario y cartista que plantea una serie de medidas que afectarán fuertemente a toda la clase trabajadora. Entre estas medidas se encuentran los recortes de presupuestos sociales impuestos por la modificación del PGN 2023/24 que además de recortar en salud y educación tienen que calzar el presupuesto con el aumento de la deuda externa, la privatización de las pensiones y jubilaciones que dejará a miles de personas sin una vejez y jubilación digna, y los ataques a los derechos democráticos y de género, como el derecho a la diversidad sexual y la igualdad salarial.
En este contexto, nos proponemos denunciar permanentemente a las figuras reaccionarias y “pro familia” que defienden este modelo de explotación y opresión y operan en favor del conservadurismo para desviar la atención de la ciudadanía de los grandes problemas del país, como el hambre, el desempleo y la violencia de género, sembrando odio, miedo y desinformación. Como ejemplo, tenemos a Lizarella Valiente, diputada cartista que sale con barbaridades como que “el machismo no existe en Paraguay”, o a Paraguayo Cubas, que como un macho e hijo sano del capitalismo y el patriarcado fue acusado de abuso sexual de una joven de 19 años que trabajó con él durante su campaña electoral, siendo él un señor de 61 años. En una entrevista, el mismo relató las atrocidades que realizo a la joven víctima, justificando irracionalmente de cómo la trataba de puta, despechada además de mencionar como la violaba en varias ocasiones.
3 millones y medio de mujeres, 2 dólares por cada mujer al año.
En Paraguay, la violencia estatal contra la población civil se manifiesta en casos de desapariciones forzadas y asesinatos de niñas y adolescentes. Un ejemplo de esto es el caso de Carmen Elizabeth “Lichita” Oviedo Villalba, una joven de 15 años que fue capturada por la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC). Otro caso emblemático es el de las dos niñas de 11 años, que fueron asesinadas por la FTC el 2 de septiembre de 2020, en un operativo en el departamento de Concepción. También lo es el caso de Jueliette “Yuyu” Le Droumaguet niña desaparecida hace más de dos años caso cajoneado sin búsqueda alguna.
Sin embargo, el Estado paraguayo destina más de 150 millones de dólares al año para financiar a la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), la fuerza represiva que viola los derechos humanos de la población, asesina y secuestra a niñas, mientras que el Ministerio de la Mujer recibe solo 2 millones de dólares al año, lo que equivale a 14 mil guaraníes (dos dólares) por cada mujer en el país. Esta situación muestra el desprecio y la indiferencia del gobierno hacia las mujeres, especialmente las más pobres y vulnerables, que sufren la violencia machista, la pobreza, la exclusión y la falta de oportunidades.
El caso de los militares que murieron en Lambaré, arrastrados por el raudal, ha movilizado a las fuerzas armadas, a la prefectura naval y hasta pidieron apoyo a la prefectura naval argentina. Este nivel de búsqueda, nunca antes visto en casos de desapariciones de mujeres o niñas pobres o víctimas del abuso machista, evidencia la desigualdad y la injusticia que imperan en nuestro país. El Estado burgués siempre dejando de lado a los sectores más vulnerables, a las niñas, las mujeres trabajadoras, campesinas e indígenas.
En este contexto, el conservadurismo muestra su peor cara y su estrategia de sostener privilegios y gobernar para una minoría. Pero no solo eso, sino que también nos encontramos con organizaciones de “izquierda” que se llenan la boca de reivindicaciones feministas, pero que encubren abusos en sus filas. Estas organizaciones toman medidas disciplinarias cuestionables en sus partidos y frentes, y cínicamente impulsan actividades de debate sobre igualdad de género y violencias, pero de puertas adentro re victimizan, ningunean y descuidan a sus militantes mujeres.
Las personas denunciadas de abusos no pueden ocupar cargos de representación ni de influencia. Al menos nosotres no lo permitiremos y seguiremos denunciando esta terrible incoherencia e injusticia permanentemente.
Luchemos por una ESI científica, laica y por jubilaciones dignas.
Así mismo, repudiamos y rechazamos el material que está impulsando el MEC para niños y niñas, titulado “12 ciencias para la educación de la sexualidad y la afectividad en la familia”, que es totalmente acientífico, machista y sexista. Este material promueve estereotipos de género que tanto daño han hecho a las mujeres, exalta el machismo y hace apología de la violencia, describiendo a los varones como impulsivos y con reacciones desmedidas.
Desde Juntas y a la Izquierda creemos que debemos luchar por una educación verdaderamente científica y laica, con perspectiva de género feminista, que contemple la participación de las y los estudiantes y de las y los trabajadores de la educación, para construir un programa de estudio eficaz que prevenga la desinformación, los prejuicios y la violencia.
Las mujeres y las disidencias tenemos derecho a todas las garantías de trabajo, educación, salud, refugios y medidas contra la violencia de género, así como también a una jubilación justa y digna. Por eso repudiamos y rechazamos rotundamente el “Proyecto de Ley de Superintendencia de Jubilaciones” que el gobierno está tratando de legitimar buscando el diálogo con “todos los sectores”, pero que en realidad solo está blanqueando el proyecto para ver si puede aprobarlo. Como feministas revolucionarias debemos de luchar contra esta nefasta ley que pretende privatizar y jugar con el dinero de nuestras jubilaciones. ¡Los fondos no se tocan!
Nuestro feminismo de clase, anticapitalista e internacionalista.
Como feministas revolucionarias reafirmamos que la opresión patriarcal es inherente al sistema capitalista-imperialista. La burguesía, que explota a la clase trabajadora, precariza más a la trabajadora y profundiza la brecha salarial de género, también se beneficia del trabajo doméstico gratuito. La mayor parte de esas tareas de cuidado nos son asignadas a las mujeres y niñas. Y su valor económico ronda el 20% del PIB y es más cuanto menos desarrollado sea el país.
Por eso entendemos que la lucha contra la violencia machista como parte del combate político de fondo y estructural por derrotar al sistema capitalista y patriarcal, que violenta nuestros cuerpos y territorios. Ese combate requiere la unidad de toda la clase trabajadora y el pueblo. Sólo si erradicamos la base material de la opresión de género, que es esta sociedad de clases, podremos empezar a construir una sociedad distinta, socialista y realmente igualitaria.
Por eso en el plano internacional, como feministas revolucionarias e internacionalistas, nos preocupa la situación de las mujeres y las disidencias en África y en el Medio Oriente.
Como sección paraguaya de la Liga Internacional Socialista nos ponemos la tarea al igual que todas nuestras secciones en los 5 continentes, de hacer un llamado a denunciar juntas la situación de precarización y violencia que sufren las compañeras africanas en su continente. Allí, en pleno siglo XXI se practican mutilaciones genitales femeninas y matrimonios infantiles forzados. La condición de pobreza extrema y las guerras y otras formas de opresión, obligan a muchas mujeres y niñas a migrar en busca de una vida mejor. Todo esto es consecuencia del devastador capitalismo y el imperialismo, y el machismo que se adueña impunemente del cuerpo y la vida de mujeres y niñas.
Denunciamos también la situación de las mujeres en los países del Medio Oriente con regímenes autoritarios capitalistas e teocráticos que practican una horrenda violencia y discriminación contra ellas. La rebelión de Irán el año pasado fue un gran ejemplo de la lucha feminista contra el sistema que al fin y al cabo es el que reproduce esta violencia. Ahora tenemos que posicionarnos junto al pueblo palestino y por su autodeterminación y en contra del Estado genocida de Israel, que está matando civiles, niños y mujeres todos los días desde comienzos de octubre. Por eso nos posicionamos contra el Estado artificial de Israel, que hace más de 75 años viene profundizando su limpieza étnica contra el pueblo palestino.
La violencia machista y patriarcal no solo es ejercida por individuos sino por instituciones y Estados. En el contexto de la guerra, el Estado de Israel religioso con fuerte sometimiento a la mujer, descarga toda su violencia contra el pueblo Palestino. Ya van más de 10 mil muertes, en días, la mitad son niños y el 50 % del resto son mujeres. A quienes no solo asesina, o mueren en bombardeos sino que viola y somete a todo tipo de humillaciones.
El genocidio en Palestina es un hecho mundial y conmueve a millones en el mundo, debemos ser parte de esa enorme solidaridad mundial y ¿qué mejor que esta fecha que resalta la lucha contra todo tipo de violencias contra la mujer? Incluyendo en la visibilidad de este día, el apoyo a las mujeres palestinas, que mueren en condiciones terribles o deben ver como mueren sus hijos. Siendo la matanza de niñes más grande en todo este conflicto
Hacemos un llamado a todas las organizaciones feministas, democráticas y de derechos humanos a que denuncien y organicen la lucha por la emancipación de las mujeres en África, en el Medio Oriente y en el mundo en general. Porque el camino, así como en Paraguay, para conquistar nuestros derechos y arrancarles los privilegios a los grandes empresarios y terratenientes es por la vía de la movilización permanente y necesitamos la solidaridad del mundo y de toda la clase trabajadora. ¡Porque la revolución feminista será socialista e internacionalista o no será!
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